
Con la justicia puede pasarnos lo mismo. Es fácil perder la objetividad, pero lo que nunca hemos de obviar son todas las versiones. Una vez más se trata de comprender el todo, y de entender las cosas en su contexto. Desgraciadamente tendemos a ponernos siempre del lado de una de las partes sin muchas veces querer escuchar las explicaciones de la otra. Con ello lo único que conseguimos es perder la objetividad y condenar antes siquiera de juzgar.
Algunos, crean o no crean en Dios, deberían leer más las Escrituras y quizás hasta aprenderían algo: "No juzgues y no serás juzgado, no condenes y no serás condenado; perdodad y seréis perdonados". Lucas 6:37.